sábado, 29 de enero de 2011

La musa es el medio.

Anoche volví a fumarme un cigarro en la ventana. Dios mío, la última vez que lo hice fue poco antes de dejarlo con él. Hablábamos por teléfono y los dos nos fumábamos el último antes de acostarnos. Como si estuviésemos en la misma habitación. Y no decíamos nada, manteníamos esas conversaciones en las que el cincuenta por ciento del tiempo estás callado pero intuyes su sonrisa al otro lado de la línea y tan solo oyes su respiración. No estábamos enamorados, pero tampoco eso importaba demasiado. Jugábamos a que nos queríamos y fingíamos que la relación de verdad nos importaba. Los dos lo sabíamos, pero nos gustaba así. Quizás por eso no funcionó. Porque no era ÉL, el apropiado, el CHICO que daría un auténtico significado a los días pendientes del móvil, las llamadas a medianoche y a las miradas y caricias furtivas. Pero tampoco lo fueron los demás. Cuando se acabó decidí dejar los cigarros de antes de acostarme, por eso que dicen de que el tabaco viene asociado a determinados momentos como el de después de un baño en la playa o el que viene acompañado de un mediano en cualquier cafetería.
Ayer fue distinto. El móvil estaba encima de la mesilla, y no había nadie al otro lado. Tampoco había nadie en la habitación, ni siquiera en la calle. Estaba yo sola, pensando en nada, recordando lo distintos que fueron esos cigarros en otros momentos. Tampoco me importó demasiado. En cierto modo lo agradecí. Parece ser que el significado de las cosas cambia con el tiempo, y di gracias por ello.
Recordé algunas rimas de Bécquer: Hoy los cielos y la tierra me sonríen, hoy llega al fondo de mi alma el sol. Pero no le he visto, ni me ha mirado, pero aún así sigo creyendo en Dios. Y no tengo prisa.

jueves, 27 de enero de 2011

Siempre quedarán justos en Sodoma

Creo que actualmente, y estadísticamente hablando, más del 90% de los jóvenes de hoy en día están registrados en algún tipo de red social. Facebook, Tuenti, Hi5… llamémoslo X.
Si tienes una cuenta en cualquiera de ellos y te dedicas a leer tablones de distintas personas, comentarios o eventos recibidos te fijas en que se podrían resumir en los siguientes temas: regalo mascotas, por lo menos hay una persona en tuenti que quiere algo contigo, horóscopos, intenta escribir tu nombre con el codo y otra serie de estupideces del estilo y que podría estar nombrando durante horas y horas. El número de textos que merecen la pena, que transmiten algo, que son meramente interesantes se reducen al mínimo. Pero cuando encuentras uno, por muy breve que sea, aunque no lo haya escrito esa persona, aunque sea un vídeo, un fragmento de una película o de una canción, te das cuenta de que merece la pena.
Ver que la juventud no se resume en un puñado de cuerpos con reacciones químicas y hormonas sino que, de vez en cuando, esas reacciones son realmente interesantes… que son capaces de emocionarte a ti, que no tienes nada que ver con el texto que te da la bienvenida desde la página principal. Y te emocionas. Te emocionas tú, que eres de ese 40% que no cree en los tests que te dicen cómo eres porque tu animal favorito es un gato, un perro o un tucán.
Te fijas en que hay gente que sí, que somos de la generación “nini” y que igual no tienen ninguna afición en esta vida, pero que por lo menos siente y padece y te da la sensación de que vive enamorada del amor y la vida. Y que se emociona. Y te hace pensar con textos románticos o hechos para disfrutar de sus 3 líneas de contenido.
Y llega el momento. Ves un haz de luz en toda la oscuridad que antes había sobre los jóvenes de hoy. Ya no son todo banalidades, “te quieros” sin sentido, amores que nunca lo fueron y amistades de un cuarto de hora. Ahora hay luz. Un rayito de esperanza que nunca creíste posible. Porque ya no es todo vacío. Ahí descubres gente que de verdad merece la pena. Que tiene inquietudes. Que no son de piedra.
Sonríes. No estás sola, ¡hay gente en medio de esta sociedad superficial que podría comprender tu sonrisa de por las mañanas cuando todo va mal! Y es una sensación que te encanta. Al fin y al cabo <<siempre quedarán justos en Sodoma>>. No todo está perdido.

martes, 25 de enero de 2011

Por eso.

Ella se rie, pero yo la ignoro y sigo con mi exposición. Trato de explicarla que yo no soy como ella. Que la envidio, pero que no soy ninguna femme fatale… y mira que he leído libros y escuchado canciones de hombres que lloran a mujeres terribles pero es que no… ni con esas…
¡Claro que hay dias que me levanto de guapo subido y optimista y me digo a mí misma que hoy toca agarrar al toro por los cuernos y ponerle los puntos sobre las íes a ese capullo que no se merece un minuto de mi tiempo! Pero no son más que momentos aislados.
Ella sigue sin entenderlo y yo trato de explicarselo… sin éxito. Yo no soy de esas chicas que intimidan, pero tampoco soy de esas que sólo sirven para una noche. Yo enamoro: o sí o no, pero no tengo medias tintas. Y precisamente porque soy una persona extremista, no tengo ese par de cojones para dejar las cosas claras.

lunes, 24 de enero de 2011

Sentir sólo es eso

No quiero ni tu cariño, ni el de otros, ni el de nadie. Me quiero a mí.
Quiero perder el tiempo, mi tiempo, porque por algo es mío.
Y quiero subirme a un autobús, a una de esas líneas raras que no llevan a ninguna parte y perderme un rato. No encontrar el camino de vuelta a casa. Reanudar esos paseos sola por la playa… hasta que no salgan ni aliento ni palabras de mi boca. Quiero andar hasta caer rendida en un banco, y no tener fuerzas ni para llorar. Ni para desahogarme.
Y olvidarme de todo. Olvidarme de los estudios, de la familia, de los agobios, de los amigos. De todo lo relacionado contigo y con el resto del mundo.
Y, cuando pueda, empezar de cero. Y enamorarme…o no, o sólo encontrar a una persona a la que me apetezca dar cariño y de la que quiera recibirlo, porque creo que ya va siendo hora de que aquí las cosas empiecen a funcionar.