Todavía no hace un año que me di cuenta de que te quería un poco demasiado.
Creo que después de seis meses esperándote, tres meses queriéndote olvidar y dos meses lamiendo heridas, empiezo a querer un futuro sin ti, y duele.
Duele porque después de un año con ganas de ti tengo que borrarlo todo de golpe.
Duele porque eres la persona que más he querido y en la que más he confiado.
Duele porque eres el único al que le hubiese dado el mundo, mi mundo, y no lo quisiste.
Duele porque no me valoraste, ni a mí ni a todo lo que podía ofrecerte.
Pero no importa, me da igual. A pesar de todo sigo echándote de menos. Ni un poco ni bastante, lo suficiente como para darme cuenta de que realmente te quiero, te he querido y me importas.